La democracia sin adjetivos de la que habla doña Esperanza y que, según ella, todos disfrutamos no es más que un espantajo, una fachada sin nada detrás, puro teatro. Por eso hablamos de democracia real, porque sin atributos, sola y desnuda, ya no vale nada, se ha prostituido. Esa democracia real implica un cambio de valores, significa cambiar la economía, cambiar la sociedad, cambiar el mundo. Dice la sabiduría popular que el necio confunde valor y precio.
sábado, 21 de mayo de 2011
La "democracia sin adjetivos" o las trampas del lenguaje
La democracia sin adjetivos de la que habla doña Esperanza y que, según ella, todos disfrutamos no es más que un espantajo, una fachada sin nada detrás, puro teatro. Por eso hablamos de democracia real, porque sin atributos, sola y desnuda, ya no vale nada, se ha prostituido. Esa democracia real implica un cambio de valores, significa cambiar la economía, cambiar la sociedad, cambiar el mundo. Dice la sabiduría popular que el necio confunde valor y precio.
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