Bajo el sistema capitalista siguen pagando los platos rotos los más débiles y los que rompen con un sistema socioeconómico injusto y depredador cuyo único principio de acción (porque no se trata de un principio ético o moral) es el máximo beneficio, con o sin reglas, como queda demostrado por la crisis que arrastramos.
Hay que construir un nuevo paradigma económico para la comunidad mundial porque el que ha impuesto la ideología liberal hace aguas por todas partes. El banquero Yunus, impulsor de los bancos sociales y Premio Nobel de la Paz por su idea de los microcréditos, lo tiene claro. Hace más de un año, cuando empezaba a desmoronarse la pirámide especulativa, explicaba su método de trabajo de manera clara, sencilla y contundente:
"Todo lo que hicimos fue aprender cómo opera la banca tradicional, para luego hacer justo lo contrario."
Su ejemplo señala el camino que hay que seguir. Ya no valen parches, hay que promover el cambio social global y la creación de un nuevo sistema bancario mundial en el que la usura sea sustituida por la honradez crediticia y la solidaridad con el necesitado. Es sólo una cuestión de tiempo.
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